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 Aquí tienes unos puzzles sobre la Constitución para que te entretengas en el puente y aprendas,
 Bandera de España
 Escudo de España
 Familia Real
 Comunidades autónomas
 Banderas de las comunidades autónomas
 Derechos de todos los españoles I
 Derechos de todos los españoles II
 Derechos de todos los españoles III
 Derechos de los españoles IV
 Derechos de todos los españoles V

 El día 6 de Diciembre celebramos el día de "La Constitución". Nosotros la celebraremos el 2 de Diciembre en   el colegio.
 Aquí podrás leer y aprender sobre nuestra Constitución.

 

 El juego de la oca
 Jugamos

 Juego de cuatro en línea.
 Juego


 Seres vivos I
 Seres vivos II
 Funciones vitales

 Es importante en un problema saber qué operación hay que realizar en cada momento.
 Elegir operación

¡ Esos cuadrados mágicos ... !
 Divertirse

 Un poquito más ... para conseguirlo.
 Más sobre las tablas

 Seguimos con las tablas ... que todavía nos dan la lata.
 Tablas de multiplicar

Vocabulario:                                                                        Expresión escrita:
 Palabras polisémicas I                                                           Describir un animal
 Palabras polisémicas II
Ortografía:                                                                            Expresión oral:
 Los sonidos que y qui                                                             Lenguaje no verbal
 Los sonidos ca, co y cu
 Las letras c y qu
 Ortografía natural
Gramática:
 Los nombres: clases I
 Los nombres: clases II
 Los nombres o sustantivos




Aquí os dejo el cuento sobre Arturo y Clementina que cuando lo leí me gustó mucho,su autora es Adela Turín.¿Por qué no lo leéis y me decís que os parece?
Un hermoso día de primavera Arturo y Clementina, dos jóvenes y hermosas tortugas, se conocieron al borde de un estanque, y aquella misma tarde descubrieron que estaban enamoradas. Clementina, alegre y despreocupada, hacía muchos proyectos para su vida futura, mientras paseaban las dos a orillas del estanque y pescaban algunas cosillas para la cena.
Clementina decía: “Ya verás qué felices seremos. Viajaremos y descubriremos otros lagos y otras tortugas diferentes. Encontraremos otras clases de peces y otras plantas y flores en la orilla. ¡Será un vida estupenda! Iremos incluso al extranjero. ¿Sabes una cosa? Siempre he querido visitar Venecia".Arturo sonreía y decía vagamente que sí. Pero los días transcurrían iguales al borde del estanque. Arturo había decidido pescar él solo para los dos y así Clementina podría descansar. Llegaba a la hora de comer con renacuajos y caracoles y le preguntaba a Clementina: "¿Cómo has estado cariño, lo has pasado bien?". Clementina suspiraba. “Me he aburrido sola todo el día esperándote”."¡Aburrido!", gritaba Arturo indignado."¿Dices que te has aburrido? Busca algo que hacer. El mundo está lleno de ocupaciones, solo se aburren los tontos". A Clementina le daba vergüenza ser tonta y hubiera querido no aburrirse tanto, pero no podía evitarlo.
Un día cuando volvió Arturo, Clementina le dijo: “Me gustaría tener una flauta, aprendería a tocarla, inventaría canciones y eso me entretendría”. A Arturo esa idea le pareció absurda." ¿Tú tocar flauta? Ni siquiera distingues las notas, eres incapaz de aprender, no tienes oído". Aquella noche Arturo apareció con un hermoso tocadiscos y lo ató a la casa de Clementina mientras decía: “ Así no lo perderás, eres tan distraída”. Clementina le dio las gracias, pero antes de dormirse estuvo pensando por qué tenía que llevar a cuestas aquel tocadiscos tan pesado en lugar de una flauta ligera. Pensó que en realidad no llegaría a aprender las notas y que era distraída. Pero después, avergonzada, decidió que tenia que ser así, puesto que Arturo, tan inteligente, lo decía. Suspiró resignada y se durmió.
Durante algunos días Clementina escuchó el tocadiscos. Después se cansó. Era de todos modos un objeto bonito y Clementina se entretuvo limpiándolo y sacándole brillo, pero al poco tiempo volvió a aburrirse.
Un atardecer mientras contemplaba las estrellas a orillas de un estanque silencioso, Clementina dijo:“Sabes Arturo, algunas veces veo las flores tan bonitas y de colores tan extraños que me dan ganas de llorar.Me gustaría tener una caja de acuarelas y poder pintarlas”. "¡Vaya idea ridícula, te crees artista! Qué bobada". Reía, reía. Clementina pensó: “Vaya, he vuelto a decir una tontería. Tendré que andar con cuidado o Arturo va a cansarse de tener una mujer tan estúpida”. Clementina se esforzó en hablar lo menos posible. Arturo se dio cuenta enseguida y afirmó: “Tengo una compañera aburrida de veras. No habla nunca y cuando lo hace no dice más que disparates”. Debió sentirse culpable.
Pasados unos días se presentó con un paquetón. “Mira, he encontrado a un amigo mío pintor y le he comprado un cuadro para tí. ¿Estarás contenta? Decías que el arte te interesaba, pues ahí lo tienes. Átatelo porque con lo distraída que tú eres, ya veo que acabarás por perderlo".
La carga de Clementina aumentaba poco a poco.Un día le regaló un florero de Murano." ¿No decías que te gustaba Venecia? Tuyo es, átalo bien para que no se te caiga,¡ eres tan descuidada!
Otro día llegó con una colección de pipas austriacas dentro de una vitrina, después con una enciclopedia que hacía suspirar a Clementina: "¡Si por lo menos pudiera leer!”. Llegó el momento en que fue necesario añadir un segundo piso a la casa de Clementina. Clementina, con la casa de dos pisos a sus espaldas, ya no podía moverse. Arturo le llevaba la comida y esto la hacia sentirse impotente. Él siempre le decía:" ¿Qué harías tú sin mí?" "¡Claro!", suspiraba Clementina, "¿ qué haría yo sin tí?”
Poco a poco la casa de dos pisos quedó completamente llena, pero ya tenía una solución: tres pisos más se añadieron a la casa de Clementina. Hacía mucho tiempo que la casa de Clementina se había convertido en un rascacielos.
Clementina una mañana de primavera decidió que aquella vida no podía seguir por más tiempo, salió sigilosamente de la casa y se dio un paseo. Fue muy hermoso pero muy corto. Arturo volvía a casa para el almuerzo y debía encontrarla esperándolo como siempre. Poco a poco el paseito se convirtió en una costumbre y Clementina se sentía cada vez más satisfecha de su nueva vida. Arturo no sabía nada pero sospechaba que ocurría algo." ¿De qué demonios te ríes, pareces tonta?" le decía.
Clementina esta vez no se preocupó en absoluto. Ahora salía de casa en cuanto Arturo volvía la espalda. Arturo la encontraba cada vez mas extraña y la casa más desordenada. Clementina empezaba a ser verdaderamente feliz y las regañinas de Arturo no le importaban ya.
Un día Arturo encontró la casa vacía. Se enfadó muchísimo.No entendía nada.
Años mas tarde seguía contándoles a sus amigos: “Realmente era una ingrata la tal Clementina porque no le faltaba nada: veinticinco pisos tenia ya su casa y todos llenos de tesoros”.
Las tortugas viven muchos años, y es posible que Clementina viaje feliz por el mundo. Es posible que toque la flauta y haga hermosas acuarelas de plantas y flores.
Si encuentras una tortuga sin casa, intenta llamarla:"¡¡ CLEMENTINAAAA, CLEMENTINAAAA!!" Seguro que es ella.

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